Si estás leyendo este artículo y además tienes hijos pequeños, seguramente esto te suene familiar:
- PROGENITOR (en tono tranquilo): Por favor, Ángela, no le quites los juguetes a tu hermana cuando está jugando, pídeselos y compartidlos.
- PROGENITOR (algo menos tranquilo): Otra vez vuelves a quitárselos, ¡tienes que pedírselo antes!
- PROGENITOR (con la vena del cuello hinchada y el tono de voz bastante más alto): ¡Ángela! ¡Basta ya! ¡Dadme esos juguetes! ¿Cuándo vas a aprender a llevarte bien con tu hermana?
Recibimos muchos padres solicitando ayuda para hacer frente a este tipo de cuestiones de la educación de sus hijos, sobre la crianza con apego, planteándose que gritar a sus hijos para que ellos no lo hagan no deja de ser algo un poco incoherente, se resisten a pensar que la única manera de que les hagan caso sea intimidándoles con sus formas y sienten que estas reacciones que corresponden a las técnicas de disciplina de toda la vida, no les funcionan; o por lo menos no dan el resultado que ellos quieren, que es mejorar a largo plazo el comportamiento de sus hijos.
Hay “niños fáciles” que responden bien a cualquier petición de sus padres, o que responden a una “mirada”, ese tipo de mirada que te deja petrificado y sintiendo oleadas de culpabilidad, (seguro que de algo te suena) pero una gran mayoría de niños tiene comportamientos que son resistentes a charlas, sermones, castigos, gritos… Además, este tipo de medidas, si son frecuentes, hacen que los niños generen estrategias para evitarlas, hacen caso omiso y se buscan las mañas para seguir haciendo aquello por lo que se les está reprendiendo.
Creemos que de cada situación conflictiva, podemos sacar algún aspecto educativo, al final, de educar es de lo que se trata, ¿no?
Consejos para la crianza con apego
Desde PSINTRA queremos darte unas pautas indicadas para la crianza con apego. Es posible que alguna te suene, en ese caso, revisa en qué medida las estás aplicando, la teoría se olvida cuando hay emociones de por medio, somos personas, no robots.
En realidad las estrategias que os proponemos no se constituyen de castigos, o de sistemas de refuerzos, son más bien pautas para inculcar consciencia emocional, respeto hacia las necesidades del otro y de uno mismo, responsabilidad, autodirección.
1. Sé consciente
Sé consciente de lo que estás sintiendo en el momento que empieces a regular la conducta de tus hijos; muchas veces nos sentimos estresados por lo que está sucediendo, o con frustración ya que recordamos episodios similares que no acaban de un modo agradable. Recuerda aquí que, más que verte nervioso, lo que necesitan tus hijos es verte calmado, eso les servirá de modelo, en el futuro, para gestionar conflictos. Además la firmeza con la que puedes inculcar a tus hijos ciertas normas no está reñida con la calma.
2. No le des demasiada atención
Creemos que es prácticamente imposible que, un niño le diga a sus padres: sabes mamá, papá; ya he recibido suficiente atención, no hace falta que me deis más… Somos seres sociales, necesitamos a los otros para sobrevivir, y cuando nacemos cuanta más atención recibamos, mejor. Esto genera un hábito, y si por razones diversas no estamos dando la atención positiva que los niños esperan, ellos buscarán atención del tipo que sea, aunque sea negativa, en forma de regañinas o castigos. Es posible que en ocasiones los progenitores tengamos que reajustar la respuesta que estamos dando a los niños cuando se están portando “mal” porque igual no dándoles atención negativa, se resuelve la problemática. Observa y prueba a razonar con ellos de otro modo.
3. Ignora conductas para que desaparezcan
En ocasiones, y si las circunstancias lo permiten, ignorar conductas que no nos gusten de nuestros hijos puede ayudarnos a que éstas desaparezcan, ya que no están viéndose reforzadas por ningún tipo de atención. No pretendemos que os volváis padres y madres pasotas y permisivos, si no que con una lista de prioridades seáis conscientes de si hay algunas cosas por las que irritarse no merezca la pena.
4. Elogia lo positivo
En lugar de castigar lo negativo, opte por elogiar lo positivo. Las madres y padres somos una guía para los hijos, y marcamos el camino por el que tienen que ir, al mismo tiempo que marcamos los limites por donde no hay que continuar, o las conductas que no son deseables, debemos hacer énfasis en lo que nos gusta de nuestros hijos e hijas y potenciar sus actos adecuados dándoles mucha importancia. En este tándem entre los límites y el elogio, podríamos decir que el refuerzo positivo y el elogio debe estar presente en la mayor parte de las situaciones. Además así estaremos formando a adultos seguros de sí mismos y de sus capacidades. No nos podemos olvidar que nosotros somos lo que nuestros padres nos han ido diciendo que éramos.
Deseamos que estas pautas para la crianza con apego que os traemos desde PSINTRA os sirvan de recordatorio en la incesante tarea de educar, esperamos que os aporten un poquito más de luz y ayuda para los momentos difíciles y…, que la fuerza y paciencia os acompañe.