En la pareja se proyectan muchas ilusiones y deseos para el futuro, pero también las experiencias pasadas; no es fácil encontrar el equilibrio entre unos y otras, pudiendo afirmar que el aprendizaje no termina nunca como no dejamos nunca de evolucionar.
Además, en ningún otro contexto hace falta negociar tanto como en el marco de la pareja, lo que por temporadas puede llegar a ser agotador. Los cambios del ciclo vital ponen a prueba de solidez y recursos, haciéndoles sentir que se alejan sin saber cómo remediarlo. A veces es necesario un acompañamiento y apoyo profesional para adaptarse a una nueva situación juntos:
- Conciliar la vida de pareja con el espacio personal
- Las relaciones con la familia extensa
- El fantasma de relaciones pasadas
- El equilibrio entre los roles de padre/madre y pareja
- Cuando la inseguridad o los celos ocupan un espacio importante
- Cuando la intimidad acusa el paso del tiempo o de los acontecimientos
Éstos son algunos de los motivos por los que una pareja puede plantearse iniciar un proceso de terapia. Estos son los diferentes formatos de terapia que se adaptan a las distintas necesidades que puede tener una pareja, habiendo demostrado todos ellos excelentes resultados.
TERAPIA DE PAREJA TRADICIONAL:
Un solo terapeuta se implica con la pareja en el proceso. Los miembros de la pareja encontrarán en el terapeuta alguien imparcial que les ayudará a reconocer en sí mismos y en el otro las verdaderas necesidades sin cubrir, a descubrir sus recursos como pareja, a tomar decisiones conjuntas e individuales que afecten a ambos, y en definitiva a llegar a acuerdos que pasan siempre por el respeto mutuo y la reparación de la comunicación empática. Estos mismos retos se mantienen y son deseables incluso cuando la pareja está en proceso de separación y esta debe transcurrir de la mejor manera posible.
CO-TERAPIA DE PAREJA (DOBLE TERAPEUTA)
Dos terapeutas se implican con la pareja, de modo que son 4 personas involucradas en la terapia. Esta manera de trabajar aporta no solo un segundo punto de vista, sino que además evita el riesgo, percibido o real, de que se dé el fenómeno conocido como “triangulación” por el cual el mediador toma parte por uno de los miembros de la pareja. Además, los diferentes puntos de vista y desacuerdos que pueden surgir entre los propios terapeutas y cómo los gestionan pueden ser un modelo saludable de resolución de conflictos para los usuarios.
TERAPIA INTENSIVA DE PAREJA (SESIONES DE 3H CADA 3 – 4 SEMANAS)
Este novedoso formato viene dando unos resultados excelentes dentro del contexto de la terapia de pareja. Consiste en llevar a cabo sesiones de 3 horas de duración separadas por 15 días o más entre una y otra, a lo largo de los cuáles el seguimiento se hace por correo electrónico y si fuese necesario, en forma de terapia individual. La primera ventaja es, a simple vista, que resulta mucho más fácil hacerle hueco a la terapia si se trata de una sola sesión cada varias semanas. Las demás ventajas tienen que ver con el propio proceso terapéutico:
- Durante cada sesión hay tiempo para la puesta en común, el espacio individual, aprender “técnica” del cuidado de la pareja, llegar a acuerdos de cara a la siguiente sesión y si surgiera algún conflicto, repararlo antes de terminar.
- La pareja dispondrá de varias semanas para reposar lo vivido y practicar lo aprendido, lo que favorece la aparición de oportunidades de cambio.
TERAPIA DE EX-PAREJA
¿Para qué querría ir una ex-pareja a terapia? Cada vez con más frecuencia parejas que no han conseguido evolucionar juntos como hubieran querido se ven obligados a entenderse más allá de la separación. Superar una separación no es fácil. Casi siempre es por los hijos en común, pero además a veces lo que hay en común es el sustento, el trabajo, y ambos están condenados a ser aliados.
En estos casos, la terapia puede llegar a recuperar el respeto, unas reglas de comunicación e incluso nuevas formas de afecto, para aquellos ámbitos que son compartidos sin remedio, repercutiendo favorablemente en la vida de ambos juntos y por separado.